martes, 20 de noviembre de 2018

A propósito del periodismo y las redes

Las personas, a titulo personal, en nombre de una comunidad o de la sociedad construyen en cada instante una linea de los acontecimientos que se transforma en periodismo y con ello, previa una formación académica, en una profesión y destino de vida. La base conceptual de esta profesión, esta atada a un alto criterio de responsabilidad en el manejo de la información y de las fuentes, para así poder sortear el impacto que una noticia pueda generar en el público receptor y la respuesta, positiva o negativa, que este haga sobre la responsabilidad del comunicador social. No hay que olvidar que el valor más alto de la función social del periodista es ser vocero de la sociedad a la que dice responder y sobre esta responsabilidad, la sociedad también lo va a evaluar.

Cuando un periodista, comunicador o escritor se expresa, usando los diferentes canales de difusión, hoy mayoritariamente las redes sociales, su opinión, comentario o análisis, hace parte del diálogo con esa sociedad y asume también con ella, sus dudas, preocupaciones, temores, diferencias, alegrías y esperanzas. ¿Cuál es entonces su papel como vocero o “líder de opinión”? 

Dos opciones son posibles:

La primera, que se podría encasillar como neutra y en mi visión la idealmente correcta, separa la opinión y el trabajo periodístico del comentario de los otros; su único fin es mostrar, como vocero, una aproximación de la realidad sin esperar una recompensa que satisfaga o no el ego personal.

La segunda se centra en la recompensa por lo expresado, entra aquí también la posibilidad de la crítica la cual es la piedra en el zapato que el periodista desea sacar aunque este allí siempre presente. Nuestra sociedad se mueve alrededor de premiar los trabajos y las acciones de sus miembros. No hay casi ninguna actividad humana que no sea justificada por el premio, convirtiendo a este en el fin y opacando la valoración al desarrollo de la labor. Esto por supuesto descontextualiza el objeto central de la actividad periodística como es ser el testigo y vocero de los hechos. Los premios de periodismo son uno de los mas altos galardones que buscan los periodistas y cuando son reconocidos se presentan con gran difusión a la mayoría de miembros de la sociedad. Estos son un símbolo de reconocimiento social, y alimentan el ego. Por supuesto los miembros de un gremio no promueven premios al anti-periodismo, salvo por algunas parodias o análisis en grupos cerrados; sin embargo, estos "galardones" deberían también existir como balance, depuración y crecimiento sano de la actividad profesional.

Frente a la asimetría en la valoración del periodismo la sociedad, a través de las redes, encuentra un camino de expresión, alguna bien documentada, otra claramente producto de la espontaneidad que al igual que el periodismo “light” genera ruido y confusión. Cada uno cuenta la historia que le gusta o la que quiere contar, muy poco la que la realidad “cruda” le presenta y que en la mayoría de los casos no está acorde con su visión personal. Que la gente se exprese bien o mal, en publico o privado, de un periodista es inevitable, lo que sí es evitable es que, como profesional de las comunicaciones humanas, asuma esta critica, bien o mal intencionada, con la altura e insumo para mejorar en su actividad profesional. No dar igual peso a la critica positiva como a la negativa en el contexto de esta profesión, simplemente es un indicador de la falta de preparación y en ese error se encuentran una gran parte del periodismo colombiano, quien ha construido distractores para que sus opiniones y escritos no puedan ser debatidos, “Un periodista siempre pregunta, nunca responde” esto por supuesto altera la balanza del juicio que la sociedad debe poder manejar.

Así como un estudiante, al sacar una mala nota, no intenta buscar el error en el maestro, así el periodista, al recibir de las redes sociales comentarios de todo tipo (matoneo o no), no puede quedarse solo mirando el problema en los demás, debe también visualizarlo en sí mismo. De seguro algunos de los periodistas mas reconocidos, con que cuenta el país, filtran sanamente los comentarios mal intencionados y claramente toman en cuenta el pulso de la sociedad como insumo para ser cada día mejores y transformar la mala intensión en respeto, admiración y fundamentalmente credibilidad, este último un valor que no lo puede medir el ego.



Mario A. Higuera G, Ph.D. 
Astrofísico
Observatorio Astronómico Nacional
Facultad de Ciencias, Universidad Nacional de Colombia