jueves, 23 de diciembre de 2021

2030: objetivo cráter Garavito

 2030: objetivo cráter Garavito

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2030: objetivo cráter Garavito

CIENCIA Y TECNOLOGÍA

DICIEMBRE 23 DE 2021 BOGOTÁ D.C.

2030: objetivo cráter Garavito

Mario Armando Higuera Garzón

Director Observatorio Astronómico Nacional de la UNAL

mahiguerag@unal.edu.co

El país está preparado para conformar un grupo de trabajo que diseñe y construya un explorador (Rover) con capacidad para llegar a la Luna y realizar una exploración científica del cráter Garavito.

El cráter Garavito no es uno solo, sino un conjunto de cinco relieves denominados: Garavito (asignado en 1970), Garavito C, Garavito D, Garavito Q y Garavito Y (asignados en 2006). Fuente: https://planetarynames.wr.usgs.gov/Feature/2102


La capacidad de los talentos colombianos para desarrollar instrumentación se basa en dos antecedentes: el satélite Libertad 1, construido dentro del Programa Espacial de la Universidad Sergio Arboleda, que fue el primer satélite colombiano en el espacio, lanzado el 17 de abril de 2017 junto con otros 14 satélites a bordo del cohete ruso DNEPR-1, y el FACSAT-1, un nanosatélite capaz de tomar imágenes con una resolución de 30 metros por píxel, fabricado por la Fuerza Aérea Colombia y lanzado el 28 de noviembre de 2018 en el cohete PSLV-C43 de la Agencia Espacial de la India (ISRO).

Paralelamente, aunque la agenda del Gobierno sigue estancada, el Estado colombiano ha constituido la Comisión Colombiana del Espacio (CCE), que en el numeral 4 del artículo 4 del decreto 2442 de 2006 expresa: 

“[…] como función de la CCE, coordinar la política para la creación de estímulos a la participación de universidades y otras instituciones de investigación para el desarrollo científico y tecnológico en actividades espaciales.

 De igual manera, en la Política de Desarrollo Espacial - CONPES 3983 se reafirma: 

Las estrategias para el desarrollo de la política son: en primer lugar, identificar y sentar las bases para construir una visión de largo plazo del sector espacial en Colombia, mediante la caracterización de las capacidades científicas y tecnológicas del país, la comprensión del mercado de bienes y servicios satelitales, y la implementación de una estrategia de promoción de la educación, conocimiento y curiosidad científica en temas espaciales.

Un siguiente y muy significativo paso en la dirección de esta iniciativa lo están mostrando los diferentes prototipos de vehículos exploradores diseñados y desarrollados por semilleros de estudiantes y pequeñas empresas. 

Por ejemplo, el Semillero de Investigación Mentes Ingeniando y Diseñando (MIND) de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), proyecto liderado por estudiantes de diferentes carreras de la Institución, tiene como propósito construir prototipos de vehículos exploradores impulsados por tracción humana, algunos de cuyos diseños han participado en concursos de la NASA. (También puede leer: Vehículo espacial diseñado en la UNAL compite en la NASA)

Robocol es otro proyecto universitario que vincula a estudiantes y varios programas de la Universidad de los Andes, quienes desarrollan dispositivos de exploración lunar y submarina. 

Así mismo, se tiene un emprendimiento impulsado desde Medellín con el nombre de Instituto Colombiano de Robótica Avanzada (ICRA), quienes ya diseñan equipos robóticos. 

A estas iniciativas se unen otras como Campamento Interestelar Orión, ubicado en el desierto de la Tatacoa (Huila), en donde varios de estos proyectos han adelantado las pruebas de calibración, resistencia y funcionamiento de sus diseños.

El 27 de agosto de 1970 el cráter recibió el nombre de Garavito en honor al astrónomo colombiano Julio Garavito Armero, designación dada por la Unión Astronómica Internacional, y es uno de los pocos cráteres nombrados en honor a un latinoamericano. Foto: archivo particular.

El 27 de agosto de 1970 el cráter recibió el nombre de Garavito en honor al astrónomo colombiano Julio Garavito Armero, designación dada por la Unión Astronómica Internacional, y es uno de los pocos cráteres nombrados en honor a un latinoamericano. Foto: archivo particular.

¿Es posible llegar a uno de los cráteres Garavito?

La respuesta es afirmativa y se soporta sobre tres escenarios favorables. El primero de ellos es que el país ya cuenta con una masa crítica de astrónomos, científicos e ingenieros formados en las áreas de la mecánica orbital, instrumentación y robótica, cuyas primeras realizaciones se encuentran disponibles en varios trabajos de tesis en el Observatorio Astronómico Nacional de la UNAL. Además recordemos que equipos interdisciplinarios de profesionales de diversas universidades y centro de investigación han desarrollado prototipos de vehículos exploradores. 

El segundo se centra en que las inversiones para el desarrollo de proyectos aeroespaciales se han puesto al alcance de países sin grandes presupuestos destinados para estas tareas. Así, según los costos de inversión a 2021 de varios de los componentes asociados con este proyecto, el desarrollo de un explorador podría costar hasta 15.000 dólares, ponerlo en órbita entre 7.400 y 28.000 dólares, y llevarlo a la Luna hasta 1 millón de dólares

El tercer escenario se enmarca en el hecho de que varios científicos e ingenieros colombianos ya se encuentran vinculados a diferentes proyectos en agencias espaciales alrededor del mundo, y sobre ellos recaería el proceso de orientar y asesorar a los pares nacionales en la construcción de los prototipos, con el fin de no repetir pasos y obtener la mejor relación costo-beneficio.

En Colombia el origen del estudio de la astronomía y las ciencias del espacio se remonta a 1803, cuando en Santafé de Bogotá se inauguró el edificio del primer observatorio en América. Foto: archivo Unimedios.

En Colombia el origen del estudio de la astronomía y las ciencias del espacio se remonta a 1803, cuando en Santafé de Bogotá se inauguró el edificio del primer observatorio en América. Foto: archivo Unimedios.

Componentes y fases

En un proyecto de esta envergadura es necesario vincular tres grandes componentes: 

La apuesta, vía semilleros de investigación en instituciones educativas, de propuestas para desarrollar algunos de los elementos del proyecto.

La participación, vía industrias nacionales o proyectos de empresas spin-off, con el desarrollo final de los prototipos.

El músculo financiero y diplomático del Estado colombiano que garantice el éxito del viaje y alunizaje del instrumento.

Sobre estos componentes, la comunidad científica, reunida principalmente en la Comunidad de Astrónomos de Colombia (AstroCO) –nodo asociado a la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (ACCEFYN)– acompañará a todas las personas e instituciones involucradas. 

La fase de desarrollo, con el diseño de las metas e indicadores de logro, estaría a cargo de un equipo de dirección al que se vincularán profesionales colombianos con experiencia y capacidad de gestión de proyectos, además del equipo científico, encargado de proponer y estructurar el programa de investigación que se desarrollará en las diferentes etapas del proyecto.

En 1974, un grupo de ingenieros colombianos puso a prueba la capacidad en Colombia de desarrollar un proyecto que parecía imposible en esa época; se trataba del traslado a 29 metros de distancia y en nueve horas del edificio CUDECOM, de 8.000 toneladas de peso. Esta obra exitosa de ingeniería se mantuvo durante 30 años con el récord Guinness a la estructura más pesada en ser trasladada, sirve como ejemplo de lo que los colombianos somos capaces de realizar con éxito; 2030: Objetivo cráter Garavito, puede llegar a ser otra de ellas.